Cuando empieces a visitar inmuebles, es probable que te sientas como uno de aquellos personajes propios de una comedia estadounidense. De repente, tu vida gira en torno a encontrarla. Ya sea la casa de tus sueños o, por lo menos, un acogedor apartamento donde esperar hasta que te toque la lotería. Y, como en una cita, tendrás que enfrentarte a más de una hasta que encuentres la mejor. Algunas serán increíbles pero demasiado exigentes; otras tendrán ese “algo” que no toleras, o simplemente serán extrañas. Habrá otras que serán tu sueño hecho realidad, pero con una excepción: ellas no te elegirán a ti. Por eso, es aconsejable no dejar todo en manos de la suerte: ¡tener las cuentas claras es el primer paso para convertirte en un candidato a considerar!
Y es que tener una cita y buscar casa se parecen más de lo que imaginas. ¿No te lo crees? ¡Aquí tienes 10 razones!
1. Cuando te pones nervioso antes de llamar al timbre
Cada casa que visites podría ser tu futura casa. Por eso, querrás dar una buena impresión pero también estarás un poco nervioso por saber cómo será. Probablemente te esforzarás en poner tu mejor sonrisa y en llevar puesta esa ropa que grita “¡Quiéreme! ¡Soy una persona normal!”…
2. Cuando estás dispuesto a todo lo posible por impresionar a los vendedores
Quieres conectar con el propietario o vendedor para que se acuerden de ti. Sin embargo, también quieres ocultar tus “peculiaridades” para que no se asusten. Está bien intentar llamar su atención, pero tampoco les sueltes mentiras. Si te descubren, ¡habrás perdido tu oportunidad!
3. Cuando sonríes por todo lo que dice el vendedor y pareces incluso más desesperado
La primera norma de una cita es que seas tú mismo. Está claro que debes ser agradable con el agente inmobiliario, pero no dudes en hacer preguntas complicadas. ¡No importa cuán desesperado estés! Después de todo, no querrás terminar «casado» con la equivocada, ¿verdad?
4. Cuando te comes todas las galletas de cortesía
Es un problema al que muchas personas se enfrentan en la primera cita: tengo hambre y me quiero comer esa hamburguesa, pero no quiero parecer un dinosaurio devorando a su presa. Aunque personalmente no sacrificaría una buena cena por una cita, mi consejo es que te moderes cuando estás buscando casa. Lo mejor que puedes hacer es resistir la tentación y, educadamente, coger una o dos galletitas o tazas de café. La primera impresión importa, ¡ya comerás cuando termines!
5. Cuando sabes desde el principio que no va a funcionar
Las fotos no siempre muestran la realidad. A veces te verás en un barrio que no te convence, o te darás cuenta de que la casa que estás visitando es un caos. Ten respeto por ti mismo y descártalas. ¡Te mereces algo mejor!
6. Cuando sigues decepcionado después de ir casa tras casa
Sé que es difícil, pero la paciencia es tu mejor aliado. Y, si no, ¡que se lo digan a Ted Mosby! Visitar inmuebles es un proceso lento y puede que necesites un alojamiento temporal. Hazme caso, es mejor quedarte un poco más en tu casa actual cuando vas a comprar una nueva vivienda. Por supuesto, alquilar es una situación totalmente diferente, pero eso tampoco quiere decir que lo hagas con prisas.
7. Cuando quieres ser optimista después de la cita e intentas convencerte de que les has gustado
Ser positivo es una virtud siempre y cuando no te ciegue ante la realidad. Como hacen algunos personajes de comedia, puedes seguir buscando incluso si ya has encontrado la casa que te gusta. ¡Por si acaso fallan las negociaciones! De esta forma, tendrás otra opción donde respaldarte.
8. Cuando intentas sonsacarle información al agente inmobiliario
Cuando ya has hecho la oferta, seguramente estés impaciente esperando una respuesta. Intenta resistir la tentación de abrumar al agente inmobiliario con un montón de mensajes, ¡o buscarán a alguien menos pesado!
9. Cuando estás tan cansado que te conformas con cualquier cosa
Una vez más, la desesperación vuelve a aparecer en tu proceso de buscar casa. Pero recuerda que el mercado inmobiliario cambia cada día y continuamente salen nuevas casas en venta y alquiler. Así que ¡no pierdas la esperanza! La casa de tus sueños está en algún lugar esperándote. Lo que pasa es que todavía no la has encontrado.
10. Cuando por fin la encuentras
No hay nada más que decir. Cuando lo sabes, lo sabes. En ocasiones te darás cuenta a primera vista; y en otras necesitarás autoconvencerte y ver las cosas de manera diferente para ir a por ella. Pero de todas formas, ¡puedes ir instalándote y empezar a sentirte como en casa!
Traducido por Raquel Herrera
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